viernes, 18 de junio de 2004

El primer beso (o uno de los primeros)

Tendría yo unos quince años y había vuelto como veraneante a mi tierra, Galicia. Allí en verano tienen la costumbre de celebrar hermosas fiestas en los pueblos, a las que acuden todos los lugareños de los alrededores.



Estaba yo teniendo un éxito tremendo; pero había un chico en especial, Julio, que ya había conseguido entrar en mi corazón días atrás. A él le concedí más bailes que a los demás y, a pesar de su timidez, se las apañó para que nos paseásemos juntos por el hermoso bosque lindero, bañado por la luz de una triunfante luna de Agosto.



Nos sentamos sobre la hierba, me rodeó los hombros tiernamente con un brazo y tras un largo titubeo, se atrevió a acercar sus labios a los míos y me besó con suavidad.



Yo me sentía muy, muy nerviosa. Nos quedamos juntos y abrazados sin saber que decir, tan sólo sintiéndonos el uno al otro; todo muy dulce, muy inocente.



Cuando me levanté, noté algo raro, sentí algo que, creo, no había experimentado nunca antes, una extraña presión.



En realidad,enseguida lo descubrí, no era nada de gran trascendencia, simplemente, había estado sentada sobre una caca de vaca...

...enorme

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