jueves, 15 de diciembre de 2005

Divagaciones

Me gusta salir de casa de noche, la oscuridad me arropa en la tristeza y el sueño de las primeras horas del día. Prefiero enfrentarme a la realidad poco a poco, que la luz vaya dibujando los perfiles con mucha suavidad, vaya levantando el manto que cubre el mundo, muy despacio.

El trayecto en autobús comienza, pues, de noche. Sólo los letreros luminosos y las farolas desvelan las formas. Es más bello Madrid al amanecer y se contempla mejor desde lo alto de un autobús. El conductor te lleva mientras tú vas cómodamente sentada, dejando que se derrame la nostalgia de tus pensamientos, que tu mirada se deslice por los contornos sólo esbozados.

Casi llegando a Retiro hay un pequeño jardín en donde los árboles se dibujan desnudos contra el cielo, rodeados por la belleza discreta de una valla forjada de delicado dibujo. Durante el día, entre el intenso ruido, la hiriente luz del sol, la ansiedead y la prisa, casi no se ve, pero a esta hora, en la que ya se aclara algo el negro del cielo, es una delicia contemplarla, es como un prolongado abrazo.

Un hombre ha muerto tras muchos años encerrado en una cárcel. Se le acusó de cometer un crimen, no sé cuál. En esos años ha podido luchar con denuedo, ha escrito libros, ha sido incluso nominado al premio Nobel de la paz. Quizá era un psicópata inconmensurablemente mentiroso, tal vez era inocente. Se ha rogado una y otra vez, como se ruega al asesino que no acabe con tu vida, pero el hombre poderoso, el que está al amparo de la ley, no le ha perdonado, no le ha permitido siquiera disfrutar de su pequeña parcela en una celda.
Los árboles del parque del Retiro están casi todos desnudos, se recortan contra el cielo oscuro trazando dibujos caprichosos, musicales, matemáticos. Los edificios que rodean la Puerta de Alcalá son hermosos, señoriales, silenciosos. Madrid necesita cuidados; es una ciudad que oculta lugares de gran belleza, tras el ruido, la suciedad, el tremendo esfuerzo cotidiano de sus habitantes - reflejado en las caras casi siempre tristes, cansadas, ojerosas,enfermas -, los edificios construidos con apresuramiento, sin gusto, entretejidos con auténticas joyas.
Entre mis manos tengo un libro acabado de empezar: ¿es real la realidad?, de Watzlawick. El lenguaje es capaz de ocultar, disfrazar o distorsionar la realidad ¿o tal vez es que ésta no existe sino tras los velos de las palabras?
Las hojas de algunos árboles están tan sólo perfiladas, empiezan a mostrar sus tonos otoñales iluminadas por los escaparates y la luna. Me hubiera gustado salir aún un poco antes, prolongar la dulce sensación de seguir en el sueño acogedor, eternamente vital.

domingo, 4 de diciembre de 2005

MOBBING CON MAYÚSCULAS 2 - EL AYUNTAMIENTO DE MADRID

LAS COSAS VAN DE MAL EN PEOR

Me despierto por las mañanas temblando, muy angustiada, triste. Me doy cuenta de que, durante el sueño, he estado dando vueltas a la situación para encontrar la clave de lo que me sucede y creo que me voy acercando, si no la he encontrado ya. Dando vueltas también a la solución, y esto es mucho más complicado.

Como véis, me atrevo a concretar más: el Ayuntamiento de Madrid es la administración para la cual trabajo desde hace once años y medio. Entré con mal pie desde el primer día, de eso no hay duda, tras aprobar unas oposiciones para las que había estado estudiando durante dos años, sin descanso, mientras trabajaba. Llegaba a casa a las seis de la tarde y me ponía a estudiar hasta última hora de la noche. No me quejo, sé que todo el mundo está sometido a grandes esfuerzos.

Mi primer día, un catorce de Julio, miércoles, 1993. Estaba sumemente nerviosa, llegué toda guapa, seria, intentando causar buena impresión. Fue al revés: por lo visto la causé malísima.

Durante ocho años estuve aguantando en silencio una situación de cuchilladas, insultos, calumnias, odios a muerte entre compañeros, luchas ridículas por un poder absurdo, por triunfos absolutamente mediocres. Fundamentalmente, una situación de aislamiento constante, de desvalorización diaria. El ambiente era tal que hubo varios brotes que precisaron atención psiquiátrica entre los compañeros.

Entonces, en el Ayuntamiento, las posibilidades de cambiar de puesto eran prácticamente inexistentes. De pronto, hace tres años, la situación cambió totalmente para mí. Pude irme a otro puesto donde me sentí mucho mejor. Milagrosamente, dos años después, consigo otro puesto nuevo, en un nivel más alto, el que he tenido hasta hace un par de semanas.

He estado esforzándome en él todo lo posible, haciendo cosas sin que me las pidieran, trabajando a tope cuando ha sido necesario, sin salir a desayunar, muchos días sin salir a comer. Creía que las cosas iban bien. De pronto me encuentro, en cosa de un mes, que todo se pone en mi contra y que no se me da ninguna oportunidad, ni el último deseo del condenado a muerte.

Desde entonces me pregunto por qué. Es posible que tenga que ver con el hecho de que muchos de mis antiguos compañeros trabajaran cerca, en otro edificio, a unos metros.

No le veo salida: se me han cerrado las puertas, se me ha castigado profesionalmente. Es decir: no le veo salida por métodos cotidianos. La única solución que le veo es hablar de una vez, contarlo todo y que salga el sol por donde quiera.

Se me está ocurriendo que todos los que paséis por este blog y os encontrés en una situación similar a la mía, os pongáis en CONTACTO conmigo en: oniric@gmail.com

Creo que aún podemos ir más lejos: ¡¡¡¡ASOCIARNOS!!!!



martes, 29 de noviembre de 2005

MOBBING CON MAYÚSCULAS 1

Tema peliagudo donde los haya, últimamente está de moda.

Mejor dicho, últimamente está de moda denunciarlo, practicarlo es algo mucho más antiguo.

Una se pregunta qué lección se ha perdido en la vida al ver que hay gente que sabe muy bien como acosar laboralmente, que sabe comportarse de tal forma que parece haber recibido lecciones en alguna secreta escuela.

Todo esto viene a que, como el lector avispado puede imaginar, estoy siendo víctima del acoso laboral. La única suerte es que ahora le puedo poner un nombre; hasta hace muy poco, lo único que hubiera podido decir es: no me valoran, tiran todos mis esfuerzos por tierra, me critican constantemente por los detalles más inocentes y me cierran las puertas en mi trabajo.

Al menos, así fue hace unos años, en un entorno laboral realmente maquiavélico en el que tuve la desgracia de caer.

Ahora, cuando empezaba a sentirme tranquila, el fantasma ha vuelto a aparecer.

No, no puedo dar nombres ni detalles, al menos no hasta que consulte con un abogado.

Sólo diré que trabajo en una administración; sí soy funcionaria, pero lo único que puedo decir en mi defensa es que, excepto en algunos escasos periodos, he trabajado a fondo, quizá por mi sentido de la responsabilidad.

Añadiré que es cierto lo que se dice: en la administración el acoso laboral está a la orden del día. No en vano, la primera sentencia condenatoria fue contra ella.

No digo nada más por hoy, que no tengo ganas. Quizá en otra entrada.






viernes, 28 de octubre de 2005

Graham Greene. Un trastorno afectivo bipolar


Graham Greene padeció un trastorno bipolar. Él mismo lo cuenta en la
primera parte de su autobiografía: "Una especie de vida".

A su trastorno emocional contribuyeron varios hechos, uno de los cuales
fue cierto acoso en el colegio debido a que su padre era el director
de la escuela. Probablemente, el hecho de ser una persona muy sensible
e inteligente, tampoco le ayudó demasiado.

La fase más dura de la enfermedad le llevó, en su juventud, a jugar a
la "ruleta rusa", poniendo una bala en el cargador de la pistola,
girando y disparándose en la sien.

Fue corresponsal de guerra y espía al servicio de Gran Bretaña.

Sus novelas muestran una gran preocupación por el sufrimiento humano y
una gran implicación en los asuntos políticos o religiosos, criticando
tanto los regímenes comunistas como los capitalistas o los
dictatoriales. Narra, por ejemplo, cómo le prohibieron la entrada en
los estados unidos, por considerarlo comunista.

Con respecto a las cuestiones religiosas, se habla de que se convirtió
al catolicismo, pero un análisis más profundo revela que lo hizo para
casarse y que luego, bien que lo lamentó, pues su esposa no quería
concederle el divorcio ;)

Obras suyas admirables: "Nuestro hombre en la Habana" o "Viajes con mi
tía", están entre mis preferidas, por que me hacen reir (y una también
tiene sus problemas). Poseía un sentido del humor excelente, muy
irónico, pero tierno a la vez.

Citaría también: "Monseñor Quijote", más que nada por la crítica
encubierta que supone pero, sobre todo "El americano impasible" o "El
tercer hombre".

Nunca ha sido bien entendido, pues no se adscribía a ninguna religión
o tendencia política.

Por cierto, adoraba España.

Murió no hace muchos años. A mí, la lectura de sus novelas me ha hecho
pasar muy buenos ratos y, en muchas ocasiones ha sido un bálsamo en
los momentos de tristeza o soledad.








jueves, 22 de septiembre de 2005

Reflexiones acerca del medio ambiente

En una lista de correo a la que pertenezco, se está discutiendo acerca del
cambio climático y sus causas. Estas son las reflexiones que he enviado:


Estoy de acuerdo con T. en cuanto a la idea del "justo medio".
Además, estemos de acuerdo o no en si existe cambio climático o en sus
causas -que serán complejísimas-, creo que debemos mirar a otras cosas
más inmediatas.

Efectivamente, la tala de árboles, por ejemplo y también, el ambiente
"hostil" que se está creando alrededor de los seres que poblamos este
planeta: los ruidos constantes, la contaminación lumínica, la prisa,
la contaminación ambiental, la falta de espacio y, si nos pasamos al
ambiente "psicológico": las pequeñas o grandes injusticias de la vida
diaria, la falta de ayuda a las familias que soportan a un enfermo
crónico, el descuido de los ancianos, la desinformación, la costumbre
de la mentira en los políticos y en los medios de comunicación, el
abuso de poder, la falta de organización. Todo esto, hablando sólo de
los países más avanzados y que están en paz, una paz relativa, hoy por
hoy, desde luego.

Vivimos, también, cruzando los dedos y esperando que no se produzca
una catástrofe, cuando poseemos los conocimientos necesarios para
afirmar que nuestro planeta no es un lugar seguro.

Hace poco, no sé exactamente dónde, leí que existía un programa para
detectar la posible aproximación de meteoritos. Sin embargo, por
ejemplo, viendo lo sucedido en Nueva Orleans (la falta de previsión,
pero, sobre todo, la lamentable actuación posterior), me temo que no
sería muy útil.

Discutimos por el posible cambio climático y, sin solucionarlo, nos
olvidamos de otras amenazas. Ya, ya sé que suena muy exagerado,
que me diréis: bué hay cosas que no se pueden prevenir, hay cosas
que no se pueden evitar, hay cosas que no se pueden solucionar.

Vaaale, estoy dispuesta a admitir que soy una exagerada, pero yo creo
que sí, que hay que intentarlo.

Oniric




miércoles, 21 de septiembre de 2005

Mirando las estrellas de cerca



Ésta es otra imagen de la Rosetta. NGC2244.



viernes, 26 de agosto de 2005



UNA IMAGEN ESPECTACULAR
PARA RECORDAR UNOS DÍAS MARAVILLOSOS

martes, 7 de junio de 2005

¿Queréis morir de risa?

¿Tenéis quizá un mal día?¿Queréis armar follón en el trabajo para vengaros de algún pedazo cabrón?
Pinchad aquí y escuchad hasta el final:
http://humano.ya.com/oniric9/gomaespumaelcalcetin.mp3?rnd=1118174634596

miércoles, 1 de junio de 2005

El hecho consumado

Luego nos parece que las comedias exageran. ¿Habéis visto "Algo pasa con Mary"?¿"Los padres de ella" y su secuela "Los padres de él"?¿"Una terapia peligrosa"?¿"Esta casa es una ruina"?¿"La boda de Muriel"?.
Bien, pues en ninguna de ellas sucede nada tan increíble como lo que he oído esta mañana en M80, acerca de una boda real.
Ha sucedido en algún país europeo. Imaginaos: todos los preparativos que supone una boda, la novia guapísima, el novio impecable, ni un cabello fuera de su sitio, los invitados de estreno, con sus mejores galas y hasta las suelas de los zapatos brillando, las flores, los manteles blancos, la mejor vajilla, un grupo de camareros diligentes...y, en esto que los novios se escapan y se nos meten en un baño, le levanta a ella el precioso y carísimo vestido, deja caer sus elegantes pantalones y se dedican a disfrutar de su matrimonio sin perder un segundo y...
¡Oh, Zeus! ¡se nos quedan enganchados!, ¡ay, los nervios, la pasión!, una vez y otra lo intentan y cada vez es peor, cada vez más nerviosos, van cumpliendo sin querer el juramento que acaban de dar: que sean dos en una sola carne, juntos hasta que la muerte nos separe, en fin, esas cosas, ya sabéis.
Los invitados se hacen preguntas, la ausencia de los protagonistas va haciéndose patente, la preocupación aumenta cuando oyen la sirena de una ambulancia, ¿qué tragedia ha sucedido?, se revuelven inquietos, queriendo saber, imaginando lo peor.
Los de la ambulancia no dan crédito, ni en urgencias, pero no, no se ríen, ¡nooo, si esto pasa todos los días!
Todo se arregla y pueden regresar para cortar el pastel, el vestido ya arrugado, cansados y ojerosos, con la mirada huidiza y alguien que grita: ¡VIVAN LOS NOVIOS! y otro ¡AHORA QUE HAGAN UN 69!
Y yo les quiero dar las gracias desde aquí. Ellos se sentirán avergonzados durante varios años, pero a mí me han alegrado el día, que lo llevaba de lo más torcido.
Besos a todos

martes, 24 de mayo de 2005

Y otra

Ahora la niña de cuatro años está preocupada por averiguar cómo entran y salen los bebés de la barriguita.
Por la mañana, mientras nos arreglamos, está pensativa, parece no haber emergido del sueño aún y, sin embargo, dice:
- ¡Ah, mamá!, es que yo te quería mucho y entonces quise ser tu hija y me hice pequeña para meterme en tu barriguita.

jueves, 19 de mayo de 2005

Otra de locos bajitos

- Mamá ¿qué es chupao?
- ¿Quéee dices, nena?
- Que no es dicícil

:oD

lunes, 16 de mayo de 2005

Especulaciones

Me asomo para fumar un cigarro, al gran ventanal del primer piso de mi trabajo, que da a estrechas callejuelas de la zona antigua de Madrid. Calienta suavemente el sol de primavera. No hay casi nadie en la calle y el incesante rumor ciudadano se mantiene lejos.

Es un momento para relajarse y contemplar.

¿Cómo es el Universo?¿qué es el infinito?¿es posible imaginar lo que no vemos partiendo de lo que vemos?

Entonces pienso que los hombres, los seres que habitamos este planeta, podríamos ser muy bien, en relación al resto del universo, como átomos, como partículas de luz, como células o bacterias, con un tamaño, que para seres comparablemente grandes, sería nanoscópico, con un comportamiento que, para esos entes podría ser caótico, igual que para los físicos lo es el de lo infinitamente pequeño.

Que aquéllo que nos parece tan distante, aquélla persona a lo lejos, aquél edificio, para un átomo está tan lejos como el siguiente átomo. Que la estrella cuya distancia medimos en años luz, no es más que otro átomo en el cuerpo de un macrogigante.

Gigante que se relaciona con otros gigantes, que también ven estrellas y galaxias lejanas, que también habitan en el cuerpo de otros gigantes, que a su vez...

Todo en el Universo tiene que estar relacionado, en función, en tamaño, en comportamiento, todo encaja como las piezas de un puzzle. Una tortuga es como es y vive los años que vive, o muere tamprano, por que a su vez, una estrella explotó; y la estrella era como era, en función de la galaxia a la que pertenecía, y la galaxia era así, en función de sus vecinas, y de aquella hormiga, cuyo organismo se formó para vivir bajo tierra, por algún motivo y para algo.

La hormiga tiene un comportamiento determinado. Las hormigas se comportan como grupo de cierta manera por que la tierra tiene determinada composición, por que los animales, las plantas, los seres humanos, viven y crecen de cierta forma.

Los seres humanos nos desarrollamos y vivimos influenciados, aunque sea en una nanogésima parte, por todo, absolutamente todo lo que nos rodea...

...............................



En fin, que mis pensamientos transcurrían por los mismos cauces que los de cualquier persona asomada al balcón en un día cálido de primavera.

XDD

jueves, 5 de mayo de 2005

Costumbres peligrosas

Madrid es una ciudad sin grandes cuestas. Vigo, en cambio, es una pura cuesta. Hay que meditarlo antes de salir y prever que tras cualquier descenso alegre, habrá que desandar el camino, con sentimiento inverso.
Yo vivo en Madrid. No hace mucho tuve que ir a Vigo con mi hija de dos años. Eso significa un carrito, pues un crío de dos años camina poco y camina para dónde le parece bien, que casi nunca coincide con el lugar al que tú te diriges.
Tras el incidente normal en cualquier vuelo, es decir: pérdida de carrito - a pesar de que las azafatas estuvieron a punto de jurar sobre la Bibilia que si lo dejaba en el finger me lo meterían en el avión y me lo devolverían al llegar, pues yo no quería separarme de él de ninguna manera, ante la aterradora previsión de tener que llevar en brazos aquella cosa de quince quilos por las escarpadas aceras de la ciudad- y, afortunadamente, posterior reencuentro con el imprescindible, si bien aborrecible, cacharro.
Y digo aborrecible, perdón por el meandro en la narración, sí aborrecible, odioso, engorroso, por que esos dichosos inventos, pesan, se encallan, se atascan y producen sentimientos tan maternales y tiernos como querer pegarle una brutal patada que lo envíe directamente a un vertedero, y tengo que decirlo, tengo que decirlo, señores fabricantes, para que se enteren de una puñetera vez de que lo hacen ustedes fatal y amargan la vida de los esperanzados e ilusionados padres y, por ende, de la naciente personita.
Pues iba yo diciendo que, ya en Vigo, paseé con mi carrito, con peligro de perderlo en las bajadas y con peligro en las subidas de desmayarme yo, y que el artilugio me pasara por encima con el bebé viviendo la emocionante experiencia de la velocidad sin control.
Departí y paseé con amigos, por aquí y por allá, hasta que llegó el triste momento de la despedida. Yo con una bolsa de equipaje en una mano, y en la otra el carrito. Sonreí feliz y solté el carrito para dar los besos, cuando oí un ligero murmullo y entreví caras de preocupados y sorprendidos viandantes.
La prudencia me aconsejó volverme y he aquí que tuve tiempo de ver como el carrito se deslizaba alegremente cuesta abajo hacia un árbol y, sin que me diera tiempo a nada, se escoraba allí, dejando a mi querido bebé abrazado fuertemente a él. Y es que yo, amigos, vivo en Madrid, y aquí, generalmente, no hace falta poner los frenos cuando sueltas el cochecito del diablo.
No quiero ni pensar la de bebés de los Países Bajos que habrán abrazado los árboles y besado las paredes de otros lugares más accidentados.

viernes, 11 de febrero de 2005

Alucinosis en el dentista

Estoy tumbada en el sillón del dentista, haciendo esfuerzos por mantenerme tranquila, con la mandíbula desencajada, imagino que con un aspecto espantoso. Pienso en las curiosas pesadillas que él tendrá, de bocas de todos los tipos, abiertas, dispuestas a engullirlo, y espero no salir en ellas.

Por toda perspectiva, el techo, el techo, el techo y comienza a sonar la música empalagosa de Simon and Garfunkel, lo que me retrotrae al pasado, a otra dimensión. Pienso que estoy allí en realidad, en el pasado, que quizá esté en coma, profundamente dormida y que la música la estoy oyendo en sueños, que quizá alguien me esté llamando, esté intentando que me despierte, tras años de sueño, como en la película "Abre los ojos" (lo siento Almodóvar, pero no te preocupes, tu cine también me gusta). No tengo nada más en qué entretenerme, así que me concentro en el foco de luz y empiezo a verlo del revés. El hueco en el que está hundido el foco, pasa a ser un saliente, igual que cuando miras las lineas de un cubo dibujado en una hoja de papel y puedes hacerlo cambiar, verlo de un lado o del otro. Hago lo mismo con el brazo de la maquinaria unida al sillón de la tortura, en lugar de estar doblado hacia un lado, consigo verlo doblado hacia otro lugar. El cuadrilátero que forma la habitación, cambia, como el cubo dibujado en el papel: ahora ya no estoy en la misma dimensión espacial, sino en otra nueva, todo está colocado al revés, nosotros no estamos bajo el techo, sino sobre él, el polígono ha dado la vuelta, como un guante.

Sigo imaginando que entro en otro mundo y que en ese mundo empiezan a suceder cosas extrañas, pero entonces me digo: ¿es que no es extraño ya este mundo real? ¿no es extraño que yo esté aquí, que mis dientes necesiten ser arreglados?¿no es extraño que las cosas no sean perfectas, que no lo sea la vida?¿no son extrañas las triviales conversaciones diarias?¿no es extraño el hambre, no lo es la guerra, el dolor?¿no estamos, en realidad, en una dimensión que no nos corresponde?


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