miércoles, 8 de septiembre de 2004

TODOS LOS NIÑOS

Resultó profética la mirada con la que me había encontrado; profético, incluso, mi estado de ánimo. Sólo que yo no creo en la capacidad de adivinar el futuro.



Sirva, pues, esa triste mirada, para recordar a todos los niños cuya inocencia ha desaparecido entre las negras alas del horror.

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